Foro 8

 

Enunciado

 

Como bien sabemos todos, estamos ante una crisis que afecta económicamente a todos los ámbitos y, por supuesto no se escapa el universitario y, en concreto la biblioteca universitaria.

Imaginaos que tenemos que reducir el 10% de nuestro presupuesto de compras

  • ¿Qué pensáis vosotros que debería de prevalecer a la hora de renovar/cancelar los e- recursos de información de una biblioteca universitaria?

  • ¿El uso de los recursos?

  • ¿El interés general de los usuarios, aunque no sean los recursos más utilizados?

  • ¿El coste? ¿la relación uso/coste?

.. y recordad que los e-recursos suben una media anual del 5%.

 

 

Aportación personal

 

Hola,

 

Es difícil pensar en qué debería prevalecer a la hora de renovar o cancelar los e-recursos sin conocer bien las características de la biblioteca en particular. Pero en mi opinión, y dado que se trata de una biblioteca universitaria, lo que se debería tener en cuenta a la hora de decidir qué hacer con los e-recursos, es el uso que se hace de ellos. Se trata de un servicio que supone un coste elevado en comparación con otros, por lo tanto, se debería saber qué uso se hace de ellos, de modo que se pueda comparar con el coste que supone y a partir de esa relación establecer qué medidas tomar.

 

Si bien los e-recursos son un servicio muy actual y que conviene tener en una biblioteca, hay que tener en cuenta que también resultan muy llamativos para los usuarios, que encuentran en ellos una buena manera de acceder a la información de manera cómoda y rápida. De modo que cabría preguntarse hasta qué punto estos recursos solventan las necesidades informativas de los usuarios, o si bien los consultan (ya que resulta sencillo) pero no les ofrecen los resultados esperados.

 

Las estadísticas en este sentido no son del todo fiables, puesto que se consulten muchos recursos no significa que éstos sean de calidad y adecuados para los usuarios. De modo que se debería llevar a cabo algún tipo de estudio cualitativo, para conocer qué opinión tienen los usuarios respecto a los recursos, si les resultan útiles, si necesitan algunos de los que no se disponen, si por el contrario hay algunos que no necesitan ni consultan nunca, etc. De este modo se podrá tener una visión certera sobre la calidad y adecuación de la colección digital de la biblioteca. En ese momento, y solamente cuando se conozcan los resultados de estos estudios, se podrá decidir qué hacer con los e-recursos, comparándolos con los costes que suponen y la satisfacción de los usuarios, que al fin y al cabo son los interesados.

 

Andrea